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Vida

Así es la expresión que usan los catalanes para pararte los pies: fuera de Cataluña no se entiende

Los catalanes dicen cosas. A veces, en un lenguaje incomprensible para el que vive fuera de la Comunidad Autónoma.

9 mayo, 2024 15:11

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Las cuestiones lingüísticas en Cataluña suelen quedarse solapadas por la cuestión política. Sin embargo, la riqueza cultural de un territorio con dos lenguas oficiales es mucho más interesante. Prueba de ello son las expresiones intraducibles, que pueden darnos una visión diferente sobre la vida.

El catalán y el castellano conviven en un territorio tan particular como el de Cataluña. Dos idiomas románicos que, aunque con ciertos paralelismos, son completamente diferentes, igual que sucede con el italiano o el francés, entre otros. 

Y eso reside en la influencia histórica e idiomática de la zona. El catalán tiene raíces en el latín y también recibe algunas influencias del francés y el italiano, mientras que el castellano proviene del latín, pero está condicionado por la presencia árabe y otras lenguas ibéricas en lo que respecta a los aspectos lingüísticos. 

Imagen de archivo de una persona enfadada

Imagen de archivo de una persona enfadada Pexels

En cuanto a la gramática, además, difieren en ciertos parámetros, como la conjugación de los verbos o la estructura de las oraciones, pese a sus muchas similitudes. En esta ocasión te traemos uno de esos ejemplos más claros en lo que respecta a expresiones típicas que el resto de españoles no entiende. 

Le expresión catalana que usamos para parar los pies

En catalán existe la expresión ‘què fots?’ para cuando se pretende dar un toque de atención o simplemente recriminar algo o alguna actitud. Quizá una forma de traducirlo al castellano sería utilizar ‘¿qué haces?’ de forma despectiva. 

Es una forma especialmente popular de demostrar enfado o cabreo entre toda aquella gente utiliza el catalán de forma habitual en su hogar, trabajo, entorno familiar o en los diferentes grupos de amigos. 

Otras expresiones intraducibles en catalán

El catalán se compone de un sinfín de expresiones catalanas que, como tal, no tienen una traducción literal al castellano y se pueden confundir si no se entiende el contexto. Te traemos los ejemplos más claros: 

  • “Les coses clares i la xocolata espessa”: “Las cosas claras y el chocolate espeso”, una expresión en la que nos referimos a que tenemos que ser claros y sinceros con las afirmaciones. 
  • Déu n'hi do: se trata de una de las coletillas más extendidas entre la población catalana y viene a ser algo así como “Hay que ver”. Denota sorpresa o admiración por algo o alguien. La traducción literal al castellano sería: “Dios le dé”. 
  • Bufar i fer ampolles: expresión que se usa para argumentar que una tarea es sencilla de hacer y su traducción al pie de la letra sería “Soplar y hacer botellas”. 
  • “Fer el préssec”: “Hacer el melocotón”, que vendría a ser algo así como “hacer el primo” en castellano. 
  • “Tenir pebrots”: “Tener pimientos”, que habla de la valentía a la hora de hacer o decir algo. 
  • “Tallar el bacallà”: “Cortar el bacalao”, que hace referencia a la autoridad de una determinada persona en un determinado contexto. 
  • “Qui vulgui peix, que es mulli el cul”: “Quien quiera pez, que se moje el culo”, que podría asociarse a “quien algo quiere, algo le cuesta” en castellano. 
  • “Qui matina fa farina”: “Quien madruga, hace harina”, que podría asociarse como “a quien madruga, Dios le ayuda” tan típico en el refranero español. 

Características del catalán

El idioma catalán surgió durante los siglos X y XI, enclavado en la región pirenaica, como respuesta a la presión musulmana que se expandía. En su fase inicial de desarrollo, su influencia se proyectó hacia Francia y el Mar Mediterráneo. Con el tiempo, consolidó su identidad lingüística y se propagó, junto con otras lenguas romances de la península ibérica, hacia las regiones conquistadas al sur (como el Reino de Valencia) y a lo largo del Mediterráneo (Baleares y Alguer).

Los vestigios más antiguos de la lengua catalana se encuentran en las Homilies d’Organyá, un fragmento de sermones utilizado para la predicación del evangelio, que se remonta a finales del siglo XII.

En el siglo XIII, Ramon Llull, oriundo de Mallorca, emerge como una figura destacada al ser el primer autor relevante en utilizar el catalán como lengua literaria.